A pesar de que este informe fue ya presentado en 2007, el caso de violaciones e intolerancia religiosa no ha sido resuelto. Noticias actuales muestran como los derechos humanos son vetados en pro de las creencias religiosas en estados donde esas creencias son dominantes.
Noticia del 2007:
GINEBRA.- El desprecio y las violaciones de los derechos humanos, en especial de la libertad de expresión, de culto o convicción siguen provocando guerras y grandes sufrimientos, afirmó la relatora de la ONU para la libertad de culto o de convicción.
La experta independiente Asma Jahangir, quien presentó su informe anual ante el Consejo de Derechos Humanos reunido en Ginebra, expresó su profunda preocupación por «las crecientes amenazas contra la libertad de religión, convicción y la intolerancia y discriminación de algunos Estados vinculadas a la religión».
El informe, que es objeto de un debate entre los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos (CDH), refiere diversos casos de violaciones y de aplicación forzosa de una religión por parte de Estados.
Citó que algunos Estados «obligan a jóvenes de minorías religiosas a contraer matrimonio con miembros de otros grupos mayoritarios y por ende los fuerzan a adoptar su religión«, o casos de amenazas de muerte contra una persona o su familia para convertirla a una religión o, por el contrario, evitar una conversión.
Asma Jahangir estima que «el hecho de que una religión sea reconocida como religión estatal, oficial o tradicional, o que sus adeptos representen la mayoría, no puede constituir un peligro para la libre determinación de culto del resto de la población«.
Además, se refirió a la gran cantidad de denuncias que ha recibido sobre violaciones de los lugares sagrados de comunidades religiosas.
Para la relatora también es motivo de inquietud el hecho de que numerosos creyentes en el mundo no pueden llevar sus símbolos religiosos por disposiciones administrativas oficiales.
Crímenes de honor
La relatora estima que las mujeres son las que están más expuestas al riesgo de ser víctimas de ritos crueles, como la inmolación de las viudas, prácticas perjudiciales para su salud o los llamados «crímenes de honor».
Los hijos de creyentes son también víctimas de diversos tipos de discriminación, que incluyen maltratos y humillaciones en las escuelas, hasta la expulsión o la prohibición de continuar estudios superiores, según los datos recogidos en el informe.
En su informe, Asma Jahangir también da cuenta del número creciente de informaciones de presuntas violaciones a los derechos de libertad de religión o culto de los refugiados, los desplazados internos y los demandantes de asilo, así como los emigrantes, que en su opinión son personas en extremo vulnerables.
Al respecto, recuerda que en el caso de conflictos armados existen normas internacionales que exigen el respeto de los derechos de los prisioneros, como el de practicar sus creencias religiosas en los centros de detención.
La experta considera que 21 años de mandato sobre cuestiones de religión demuestran la urgencia de dotar a las víctimas de la intolerancia o la discriminación basada en la religión de mecanismos judiciales útiles para su protección.
Fuente: EFE
Noticia del 2008
Viernes, 21 de marzo 2008
Nueva Delhi, 20 de marzo: Una reportera especial de las Naciones Unidas sobre la libertad de religión o de creencias, Asma Jahangir, ha dicho que la intolerancia religiosa ha aumentado en India en la última década.
La sra. Jahangir dijo en una conferencia de prensa al final de su visita a India que «la impunidad institucionalizada para los que explotan la religión e imponer su intolerancia religiosa en otros ha hecho que los ciudadanos pacíficos, en particular las minorías, los vulnerables y temerosos«.
En su visita del 3 al 20 marzo por invitación del gobierno de la India, la sra. Jahangir viajó a Amritsar, Delhi, Jammu, Srinagar, Ahmedabad, Bombay, Thiruvananthapuram, Bhubaneswar y Lucknow. Sostuvo conversaciones con una serie de personas relacionadas con su mandato.
Sobre los disturbios del 2002 en Gujarat ella dijo que había informes certificando que la inacción de las autoridades era evidente y que la mayoría de los interlocutores alegaba la complicidad del gobierno del estado.
«Estoy angustiada … Yo no tengo esa esperanza de que se haga justicia«, dijo en respuesta a una pregunta sobre la condición de las víctimas. (de Gujarat) “Es una causa de preocupación (porque) es una atmosfera opresiva «, añadió. Ella dijo que la matanza de Gujarat era diferente del desalojo forzoso de los pandits (hindúes de casta alta) del Valle de Cachemira en que no se detectó ningún «remordimiento» dentro de un sector de la sociedad en Gujarat, a diferencia del de la gente de Srinagar.
Sacó otra distinción también. La acción temprana fue tomada en Jammu y Cachemira y las autoridades no ayudaron. «La complicidad del Estado no estaba allí«, explicó, «pero (si) parecía estar allí en Gujarat. »
«Incluso hoy en día hay cada vez más creación de guetos y aislamiento de musulmanes en ciertas áreas (en Gujarat). La afirmación del Gobierno del Estado de que el desarrollo en sí cura las heridas sin una política de inclusión de todas las comunidades sólo servirá para agravar el resentimiento«, agregó. Jahangir reconoció que los disturbios de Gujarat y el éxodo de pandits del Valle de Cachemira fueron similares en la forma en que la comunidad mayoritaria intimidó a la comunidad minoritaria. «Eso fue absolutamente imperdonable«.
Fuente: The Asian Age
Véase el informe:
Estudios relacionados:
Relación entre fundamentalismo religioso y desaparición de los derechos humanos