Hay una cosa que lleva años chirriándome y es la disparidad entre el número de católicos y el dinero que la Iglesia Católica se lleva desde que el Estado planteó asignarle una subvención que, se supone, debía ser un medio temporal hasta que ella misma se autofinanciara pero que, sin embargo, jamás se ha producido. Lo único que se produjo fue la modificación que hubo fue durante la legislatura del Gobierno de Zapatero (PSOE) cuando se cambió el método de retribución para que esta fuera a través del supuesto marcado de la casilla de la declaración de la renta. La modificación se produjo en 2005 y ya en algunos medios se fijaron en que con esta reforma la Iglesia ganaba aún más dinero.
El número de católicos se empezó a publicar las encuestas del barómetro del CIS desde 2006, aunque lleva contabilizando desde 1978 (cuando el porcentaje de católicos era del 90,5%). Gracias a ello hemos podido constatar que cada año el número de católicos se ha ido reduciendo. Debería entonces haber bajado la recaudación por parte de la Iglesia ¿cierto? Veamos cómo le ha ido con el ingreso a través del IRPF.
Este es en gráfico, el número (en millones) de personas que marcaron la casilla de la Iglesia Católica.
Como se puede apreciar, este número apenas varía y siempre se mantiene en poco más de unos 7 millones de personas al año, de un total de 21 millones de personas que declaran a Hacienda.
Pese a que la cifra máxima de personas que marcaron la X de la Iglesia Católica no superó jamás los 7,3 millones de 2015 y pese a que las cifras han ido variando con los años, el dinero que se ha llevado la Iglesia ha ido creciendo exponencialmente durante estos últimos 20 años.
Falta saber el resultado de la recaudación del ejercicio 2022-2023.
Los datos se han obtenido a través de los Barómetros del CIS y de las Memorias de la Administración Tributaria y a través de otros medios, como la Conferencia Episcopal.